En estos ?ltimos d?as he hablado con mucha gente que me dec?a que si por culpa de los anarquistas se perdi? la guerra, que si vivo en una utop?a... y dem?s chorradas, pues ya estoy harto, se que con este art?culo se van a cabrear algunas personas, pero sinceramente me la suda, con esto no pretendo vivir en el pasado ni intentar dividir el bando antifascista, puesto que los tiempos cambian y es cierto que las formas de lucha tambi?n, pero a?n as? quiero hacer un peque?o homenaje a un gran hombre que dio su vida por un ideal y contar la historia tal y como fue, y a quien no le guste que se joda, aem?s como nadie lo ler? hasta el final da igual,
Buenaventura Durruti descansa en paz compa?ero. La informaci?n la he sacado de la web de la cnt:
http://www.cnt.es/
Su muerte es un interrogante hist?rico, un suceso con estigmas de traici?n, cuyo principal sospechoso era el PCE (Partido Comunista)
El 20 de noviembre de 1936 muere Buenaventura Durruti en el frente de Madrid, en plena Guerra Civil espa?ola. El d?a 22 es trasladado a Barcelona, y es enterrado el 23 de noviembre. Su cortejo se convierte en una inmensa manifestaci?n, seg?n la prensa del d?a, se congregan m?s de medio mill?n de personas alrededor de su ata?d, cubierto con la bandera de CNT.
Buenaventura Durruti, quiz?s de los m?s grandes anarquistas que jam?s hayan existido, muri? hace setenta a?os, el 20 de Noviembre de 1936. Durruti cay? tras un impacto de bala en el coraz?n. El diagn?stico de los cuatro doctores que le vieron en la madrugada fue ?una hemorragia pleural?. Su m?ximo enemigo, Francisco Franco, curiosamente muri? el mismo d?a treinta y nueve a?os despu?s.
Despu?s de la muerte de Durruti,
el PCE desatar? pocos meses m?s tarde una brutal persecuci?n contra anarquistas que no s?lo liquid? la Revoluci?n amenazante, sino que fue el comienzo del fin de la propia Rep?blica que aseguraban salvaguardar.
Extracto de una entrevista de la ?poca a Durruti ?Aun cuando ustedes ganaran, iban a heredar montones de ruina
Durruti pareci? salir de una profunda reflexi?n, y contest? suavemente al periodista pero con firmeza:
-Siempre hemos vivido en la miseria, y nos acomodaremos a ella por alg?n tiempo. Pero no olvide que los obreros son los ?nicos productores de riqueza. Somos nosotros, los obreros, los que hacemos marchar las m?quinas en las industrias, los que extraemos el carb?n y los minerales de las minas, los que construimos ciudades...?Por qu? no vamos, pues, a construir y a?n en mejores condiciones para reemplazar lo destruido? Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada m?s que ruinas, porque la burgues?a tratar? de arruinar el mundo en la ?ltima fase de su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones, dijo, murmurando asperamente. Y luego agreg?: Ese mundo est? creciendo en este instante" Conociendo a Durruti Por Sof?a Comuniello Naci? el 14 de julio de 1896 en Le?n. Se inicia de adolescente en la misma senda de su padre, obrero afiliado al sindicato UGT. Como miembro de su secci?n ferroviaria, participa con ardor en la huelga general revolucionaria de agosto de 1917, impulsada en conjunto con la Confederaci?n Nacional del Trabajo (CNT); eso le costo la expulsi?n de la UGT por radical, la persecuci?n policial y la huida a Francia, donde se relaciona con exiliados anarquistas, afili?ndose a la CNT de Asturias al retornar a Espa?a en enero de 1919.
Se une a la pelea frontal contra la agresiva patronal de las minas asturianas y cae preso por primera vez en marzo de 1919; se fuga y en diciembre est? en San Sebasti?n, ciudad industrial del Pa?s Vasco, trabajando como metal?rgico. La burgues?a impulsaba entonces una ola de asesinatos de sindicalistas y Durruti se integra a un grupo de autodefensa - Los Justicieros - que en represalia planea un golpe sensacional: atentar contra el rey Alfonso XIII que visitar?a la ciudad en agosto de 1920, pero son descubiertos y deben escapar. Durruti prosigue en la labor ilegal m?s arriesgada por toda la pen?nsula; as? conoce a Francisco Ascaso, quien ser?a fraterno amigo y camarada. En agosto de 1922 van a Barcelona y con gente af?n fundan el grupo Crisol, que luego tomar? un nombre que se har? c?lebre en la historia libertaria: Los Solidarios. El grupo reuni? a lo m?s valioso del proletariado catal?n golpeando a la reacci?n donde m?s le dol?a, hasta que la crisis pol?tica hispana trajo la dictadura del general Primo de Rivera, instaurada en septiembre de 1923 con pleno apoyo del rey. De Los Solidarios nunca se resaltar? bastante la valiente defensa que hicieron de la CNT en hora tan desesperada, cuando cientos de militantes cayeron y s?lo pudo sobrevivir y recuperarse por sus nexos profundos con los trabajadores, pero el costo para ese colectivo combatiente y decidido fue alto: casi todos Los Solidarios murieron o purgaron largas condenas, mientras que Durruti y Ascaso tuvieron que refugiarse en Par?s.
La vuelta a Barcelona es de efervescente actividad para Durruti, ahora con su compa?era Emilienne embarazada de Colette, que nacer? en diciembre del 31. Se integra a la Federaci?n Anarquista Ib?rica (FAI), organizaci?n espec?fica anarquista creada secretamente en julio de 1927 - y con militantes allegados forma el grupo Nosotros, animadores en la CNT de una tendencia radical que no se hac?a ilusiones t?cticas con la reci?n proclamada Rep?blica, pues afirmaban que el momento era para seguir avanzando. El enfrentamiento interno en la Confederaci?n fue agri?ndose hasta la escisi?n, mientras arreciaba la represi?n y las provocaciones gubernamentales contra esos sencillos obreros - cuando no estaban presos, Durruti y Ascaso trabajaban como mec?nicos en una empresa mediana de Barcelona - que eran vistos por los bienpensantes de toda laya como el aterrador pu?o de la Revoluci?n Social. La histeria represiva cay? sobre Durruti y otros anarquistas en enero de 1932, deport?ndolos a Canarias y al Sahara "espa?ol". La presi?n popular los liber? en septiembre, pero Durruti fue arrestado de inmediato por dos meses m?s.
Aun encarcelando a sus supuestos "lideres", las posiciones mas ofensivas crec?an en el seno de la CNT y del proletariado, lo que llev? al fallido intento insurreccional anarquista de enero de 1933, tras el cual Durruti debe ocultarse hasta caer preso a fines de marzo. En julio ya est? en la calle, con la CNT y la FAI encarando las variaciones de la escena pol?tica, pues la derecha se aprestaba a asumir las riendas del gobierno ante el fiasco de republicanos y socialistas, lo que ocurre tras los comicios de noviembre. En diciembre hay otra fallida tentativa de huelga general insurreccional; Durruti y cientos de anarquistas van a los calabozos, pero una amnist?a les permiti? salir en mayo de 1934, a tiempo para que Durruti tenga papel decisivo en el traslado por carretera de 13.000 hijos de huelguistas aragoneses a Barcelona, para acogerse a la solidaridad de las familias obreras.
Durruti lleg? a reforzar la defensa de Madrid con una columna de 1800 hombres? La CNT y la FAI enfrentaron en 1936 con coraje, organizaci?n y movilizaci?n de masas la superioridad fascista en armas y recursos; su contribuci?n fue decisiva para resistir el zarpazo en toda la pen?nsula y casi a solas derrotaron a los alzados en Catalu?a, con Durruti como una de las figuras mas arrojadas de esta victoria popular y sufriendo la dolorosa baja de Francisco Ascaso. El 24 de julio, desde una Barcelona donde el comunismo libertario empezaba a ser una realidad, Durruti parti? con una columna armada a Zaragoza, ocupada por los golpistas. Luego de duros combates aquella milicia igualitaria, sin oficiales ni dem?s tramoya castrense, avanz? y estabiliz? el frente de Arag?n contra tropas regulares mejor equipadas, aun cuando no pudieron recuperar la ciudad. Paralelamente, las fuerzas anarquistas apoyaron la transformaci?n social que signific? el establecimiento de las colectividades agrarias aragonesas, para esc?ndalo de comunistas, socialistas y dem?s ac?litos del credo seg?n el cual no se pod?a ganar la guerra si al mismo tiempo se hac?a la Revoluci?n. Durruti encarnaba lo que eran los sentimientos y metas de los trabajadores en armas, siendo un peculiar "jefe" cuyo privilegio principal era combatir en primera fila, con la ?nica jerarqu?a de la estima con que lo distingu?an sus iguales.
El d?a 15 Durruti lleg? a reforzar la defensa de Madrid con una columna de 1800 hombres, de inmediato van a lo mas duro del combate y el 19 lo alcanza una bala, cuando transitaba en ?rea supuestamente segura. Muri? en la madrugada del 20, siendo sepultado 2 d?as despu?s en el cementerio de Montjuich en Barcelona, acompa?ado del duelo m?s multitudinario visto en la urbe. Como con Zamora, el Che o Zapata,
su muerte tiene estigmas de traici?n y el principal sospechoso, el PCE estalinista, desatar? pocos meses m?s tarde una brutal persecuci?n contra anarquistas y dem?s radicales que no s?lo liquid? la Revoluci?n amenazante, sino que fue el comienzo del fin de la propia Rep?blica que dec?an salvaguardar.
